Es habitual escuchar un refrán castellano que dice “en casa del herrero, cuchillo de palo“, y eso es, exactamente, lo que le sucede al doctor Eduardo López Bran, especialista en trasplante capilar de la Clínica Imema y dermatólogo jefe del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, ya que es una de esos hombres que, deseando tener pelo en la cabeza, no puede mejorar su imagen personal al no disfrutar de suficientes bulbos pilosos en la zona donante de su nuca.

El doctor López Bran padece alopecia común, patología capilar que se ceba en el 50% de los varones que han cumplido los cincuenta años de edad; barrera temporal a partir de la cual la zona calva aumentará alrededor de un 10% en cada década de la vejez. En el caso de las mujeres, estas cifras se rebajan a una horquilla del 5% al 10% a las mismas edades.

La calvicie se inicia en los hombres con el retroceso de la línea de implantación frontotemporal, las clásicas entradas. Luego continúa en la zona media superior y en la coronilla hasta que estas dos zonas calvas se juntan. Finalmente, el pelo desaparece en toda la cabeza salvo en la zona de la nuca y las orejas.

En las mujeres, comienza a clarear la zona de la raya media y aumenta poco a poco hasta abarcar toda la zona superior de la cabeza. Aún así, suelen conservar la porción de pelo más frontal. Una buena maniobra de peluquería disimula la calvicie.

Joven melenudo, adulto calvo… con o sin posibilidades de trasplante capilar

La causa más frecuente de pérdida de pelo en el cuero cabelludo, donde solemos tener entre 100.000 y 150.000 bulbos, es la alopecia androgenética o calvicie común que parte de la predisposición genética o de la alteración hormonal andrógena, es decir, de la hormona sexual masculina (testosterona, androsterona y androstenediona).

Pero existen otros factores que la desencadenan o empeoran: el estrés, la ansiedad, la depresión, las alteraciones endocrinas, metabólicas o digestivas, pueden poner en marcha la alopecia androgénica latente, potenciando también su desarrollo cuando ya está en marcha.

¿Y cómo sabemos si un hombre o una mujer pueden recuperar su pelo perdido?

Zona de la nuca del Dr. Eduardo López Bran con insuficientes folículos pilosos para usar en un trasplante capilar.
La zona de la nuca del doctor López Bran no tiene suficiente densidad capilar para realizar un autotrasplante.

“El diagnóstico anticalvicie solo puede hacerlo un cirujano especialista en trasplante capilar, y puede ayudarse de un dermatoscopio digital de última generación; un aparato tipo linterna, de pequeñas dimensiones, que permite obtener información detallada sobre las posibilidades reales del paciente para disfrutar de un futuro trasplante de pelo”, dice.

El dermatoscopio funciona sin cables, no molesta al paciente y es muy sencillo de manejar.

“El dermatólogo observa el cuero cabelludo y la parte externa de los folículos pilosos. Con un peine abre el pelo de la nuca y el dermatoscopio, que incorpora una minicámara digital, aumenta hasta 30 veces el área seleccionada. La imagen resultante se visiona a través de un monitor de vídeo, lo que permite al paciente, a su vez, comprobar in situ la densidad de su propio pelo”, destaca.

Zona de la nuca del Dr. López Bran pobre en folículos pilosos
Zona de la nuca pobre en folículos pilosos.

El dermatoscopio analiza de una forma clara y precisa la zona donante del paciente, tanto en cantidad como en calidad del pelo, factores clave para conseguir un resultado satisfactorio en un trasplante.

Zona de la nunca con abundancia capilar.
Zona de la nuca con abundancia en folículos pilosos.

“Otra de las grandes ventajas del dermatoscopio digital es que permite el estudio de la evolución del paciente antes y después del trasplante de pelo de manera totalmente objetiva, ya que podremos comparar las imágenes obtenidas en la primera consulta (tanto fotografías como vídeos) con las sucesivas revisiones de las zonas del trasplante, donante y receptora”, señala.

Este dermatoscopio, además, complementa al densitómetro: aparato de aumento que permite estudiar la densidad de pelo por centímetro cuadrado, así como su color, forma y grosor.

El doctor López Bran, que no puede aprovecharse de esta técnica por razones biológicas, envía siempre un mensaje de ilusión a los hombres y a las mujeres que sufren calvicie y no pueden recibir un autotrasplante.

El doctor Eduardo López Bran explica, junto a una enfermera y un paciente con gran cantidad de pelo, la diferencia entre una zona donante con abundancia de folículos pilosos y otra que es insuficiente para realizar un trasplante capilar
“Seguiré con mi sueño… volver a tener pelo… y estoy convencido de que lo lograré, ya que en pocos años la ciencia y la investigación multidisciplinar conseguirán obtener infinitas copias de uno solo de mis folículos pilosos gracias a la clonación celular”. EFE/Fotografías de David Talles