Si pierdes el pelo, no pierdas la esperanza. Mucha gente se queda sin cabello y piensa que lo único que les queda es acostumbrarse a verse con esa nueva imagen frente a un espejo, pero existe la solución: una técnica de trasplante de pelo que ha avanzado estos últimos años de una manera espectacular.

EFEsalud ha asistido a una operación de microtransplante folicular en el Instituto Médico Estético de Madrid (IMEMA) de la mano del médico dermatólogo, Eduardo López Bran.

El objetivo de esta intervención es repoblar las áreas calvas. La forma de hacerlo, según el doctor López Bran, es a través de “una cirugía quirúrgicamente muy sencilla pero muy laboriosa para el profesional que la lleva a cabo. Se pueden lograr trasplantar hasta 10.000 pelos en una sesión”

El paciente ya está en la sala de operaciones

Llegamos a la sala de operaciones, y el paciente ya está dentro. Tiene 35 años y está cansado de ser el único de sus amigos que se ha quedado calvo. Con esta intervención va a dar un gran cambio radical a su imagen y a su vida.

El equipo médico controla que el electro esté correcto y le motorizan; “el paciente está preparado para respetar toda la seguridad que se necesita, y en todo momento estará controlado por la anestesista”, concluye el doctor López Bran.

Comienzan los preparativos para la cirugía: lo primero de todo, se determina el estado de calvicie del paciente, en este caso, tiene alopecia avanzada con una pérdida importante y se va a redistribuir el pelo que tiene, por la zona calva.

Con ayuda de un densitómetro, el doctor valora la densidad de pelo por centímetro cuadrado de la zona de donde se van a obtener los folículos.

Esta parte es la llamada, zona dadora, es el área de la nuca y ahí el pelo no está predispuesto genéticamente a perderse. Aunque una persona sea calva, en la zona que va de oreja a oreja siempre hay pelo.

Después de pasar un peine por la zona poblada, se toman unas fotos para poder comparar el antes y el después, López Bran recalca que es importante “que se tomen a la misma distancia, con la misma luz y en el mismo lugar para que sean válidamente comparables”.

El siguiente paso es diseñar con un rotulador la línea de la zona que se va a repoblar, “una conexión muy importante para reconstruir la línea de implantación”.

El doctor López Bran comienza a rasurar la zona dadora: se envuelve la cabeza del paciente con esparadrapo para determinar el perímetro y se mide la zona preparada, que en este caso es de 25 cm de largo y 8 mm de ancho, “es importante seguir un criterio fundamental y es que la anchura nunca supere el centímetro”.

La obtención de los folículos: la primera fase

El equipo médico da la vuelta al paciente para que esté boca abajo y se preparan para empezar la primera fase de la cirugíala obtención de los folículos de la “zona dadora” para posteriormente injertarlos en la zona receptora o área calva.

La anestesia que se utiliza es local, solamente se anestesia la zona de la cabeza, por lo que el paciente está despierto durante toda la operación. Al ser una intervención tan larga (unas nueve horas, dependiendo siempre del caso), el paciente puede dormirse, hablar con el equipo de médicos o incluso ver su programa favorito en una televisión que tiene justo enfrente.

Una vez que se ha desinfectado la zona rasurada, existen dos formas de obtener los folículos del área de la nuca o zona dadora:

  1. Obtener directamente los folículos sobre el cuero cabelludo: se extraen las unidades foliculares mediante la Técnica “FUE”, con ayuda de un “Micropunch” de menos de un milímetro de diámetro. Una de las ventajas de este método es que no deja cicatriz detectable pero tiene una gran desventaja y es que dado que las unidades foliculares crecen hacia dentro no siempre se puede adivinar la trayectoria, por lo que se pierden entre un 15-20% de unidades.
  2. La técnica que el doctor López Bran va a seguir en este caso: se obtiene una pieza de cuero cabelludo de la zona dadora (de oreja a oreja), y un equipo profesional de cortadores se encargan de obtener, con la ayuda de un microscopio, unidad folicular a unidad folicular, entre 2.500-3.000 unidades. De estas unidades suelen crecer 2, 3, o 4 pelos en cada folículo; el doctor estima, en base a su dilatada experiencia, que una media de 2,5… por lo que crecerán aproximadamente 8.000/9.000 pelos. La gran ventaja de esta técnica es que prácticamente se garantiza la utilidad del 100% de la pieza de cuero cabelludo.

Dado que el especialista ha utilizado en este caso la segunda técnica, el siguiente paso es unir los bordes del defecto creado con una cicatriz casi indetectable que se tapa con el pelo del paciente.

Eduardo López Bran acerca un mensaje tranquilizador a todas aquellas personas que miren con recelo esta técnica por miedo a que se les extraiga una parte de cuero cabelludo: “aunque pueda parecer agresivo, es una técnica muy sencilla en donde la profundidad del corte es mínima; sólo se corta la parte superficial de la piel”.

Cortar e injertar: coordinación absoluta en la fase dos

Comienza ahora la segunda parte de la intervención, un proceso paralelo en el que la coordinación es muy importante:

  • Por un lado el equipo de cortadores disecciona bajo un microscopio especial las unidades foliculares, una a una.
  • Mientras tanto, el doctor realiza las 2.500-3.000 incisiones con unas agujas mínimas en la parte calva que se va a repoblar, y se van introduciendo los folículos que el equipo de cortadores va obteniendo, con ayuda de unas pinzas. De cada folículo van a crecer una media de dos pelos y medio, por lo que nacerán aproximadamente 8.000 pelos.

El doctor metaforiza esta operación con la siembra en el campo: “yo muchas veces lo comparo con la actividad que mi madre hacía cuando cogía un esqueje de las plantas y lo plantaba en un macetero”.

Después de la siembra

Después de unas nueve horas de intervención, el paciente ya tiene toda la parte calva sembrada de folículos y en unos 45 minutos podrá volver a su casa en completas condiciones médicas. El equipo del doctor nos detalla que “pueden salir en algunos pacientes edemas e inflamaciones y se aconseja durante los primeros días no ir a la playa ni a la piscina y no utilizar gorros o similares a no ser que se exponga al sol o a la lluvia”.

Si el paciente tiene estas inflamaciones o incluso se generan costras, tendrá que tener durante una semana aproximadamente una vida socio-profesional más tranquila.

En esta parte del crecimiento no existe posibilidad de rechazo porque es el propio pelo del paciente (lo que se denomina un trasplante autólogo). El pelo crece a un ritmo de 1 cm al mes, al principio nace fino y después se va engrosando, alargando y pigmentando, hasta que se convierte en un pelo con las mismas características con las que nacía en la parte de la nuca de donde se han obtenido.

El resultado final del trasplante es muy gradual, a los 8-10 meses el paciente ya tiene pelo, pero ese pelo irá mejorando sus características hasta alcanzar su resultado final entorno al año, año y medio de la cirugía.

Después de la operación, el paciente lo único que tiene que hacer es “abonar” esa siembra de pelos con productos como el minoxidil (un fármaco utilizado para el tratamiento de la caída del cabello), que en este caso actúa de abono, y los factores de crecimiento plaquetarios (sangre del propio paciente que se introduce en una centrifugadora y se inyecta en toda la zona subcutánea) una vez al mes.

Tomás deberá tener una higiene capilar correcta (lavarse el pelo 12 horas después de la intervención y después una vez al día), además del abono de la siembra que hemos realizado, y volverá a tener pelo para el resto de su vida, un sueño hecho realidad.

Tal y como nos cuenta el doctor, a pesar de que el pelo no tiene ninguna función vital para el ser humano más allá de la protección física a las radiaciones del sol, tiene una importancia psicológica casi imposible de medir, “el pelo es probablemente la parte el cuerpo que más impacta en la imagen de una persona”.

Y como el camino mira hacia las últimas investigaciones, le hemos preguntado al doctor Eduardo López Bran por las células madre en Canadá para el crecimiento del pelo. “Estamos peleando por identificar los genes involucrados en la alopecia para ver si somos capaces de implicar a esos genes en la regeneración capilar mediante ingeniería genética. El sueño futuro pasará por modificar esa herencia familiar o bien por el desarrollo de fármacos personalizados para el paciente”, concluye el dermatólogo.