Tricoscopia

La tricoscopia es una prueba que emplea el Dermatólogo-Tricólogo para el diagnóstico de las enfermedades del pelo.
Es una prueba no invasiva por lo que no produce ninguna molestia al paciente de gran utilidad en el diagnóstico d ellos diferentes tipos de alopecia
El Dermatólogo observa el cuero cabelludo y el tallo del pelo, que es la parte del mismo que emerge por encima de la piel del cuero cabelludo.

En Clínica Imema disponemos de un tricoscopio que incorpora una minicámara digital con luz polarizada y una lente que aumenta hasta 30 veces el área seleccionada. La imagen resultante se visiona a través de un monitor lo que permite al Dermatólogo-Tricólogo y al paciente, a la vez, comprobar in situ la densidad y calidad de su propio pelo.

También es extraordinariamente útil para valorar la zona donante del paciente ante un posible trasplante de pelo, siendo la valoración correcta de la zona dadora, uno de los s factores clave para conseguir un resultado satisfactorio en un trasplante.

Otra de las grandes ventajas del dermatoscopio digital es que permite el estudio de la evolución del paciente antes y después del trasplante de pelo de manera totalmente objetiva, ya que podremos comparar las imágenes obtenidas en la primera consulta (tanto fotografías como vídeos) en las sucesivas revisiones, de las zonas del trasplante, donante y receptora.

Dermatoscopio para analizar tu futura calvicie

En los diferentes tipos de alopecia encontraremos diferentes imágenes tricoscópicas:

Alopecia androgénica (calvicie común): Mediante la exploración tricoscópica observaremos: asimetría en el diámetro de los tallos con presencia de >10% de tallos pilosos finos, aumento del número de unidades foliculares con un único tallo y puntos amarillos como signo de aperturas foliculares vacías. En ocasiones también puede verse un halo gris alrededor de los folículos como signo de inflamación, y una pigmentación en panal de abejas en la piel del cuero cabelludo en los casos más avanzados.

Efluvio telógeno: Con tricoscopia se observarán tallos finos, cortos y puntiagudos como signo de recrecimiento, y abundante pelo velloso en las zonas más afectadas.

Efluvio anágeno: Observaremos en las imágenes tricoscópicas pelos rotos y puntos negros.

Alopecia areata: En la tricoscopia se observan pelos en signo de exclamación (el marcador más específico), puntos negros (como signo de crecimiento detenido) y puntos amarillos (folículos vacíos). Cuando se inicia la repoblación pueden encontrarse pelos enroscados. Será importante descartar mediante estudio analítico otras enfermedades autoinmunes, como problemas tiroideos.

Alopecia por tracción: Con tricoscopia puede observarse una sustancia blanco-transparente que recubre de forma tubular la salida de los tallos pilosos, y que corresponde a restos de queratina desplazados por efecto de la tracción.

Tiña capitis: Mediante exploración tricoscópica podremos observar los característicos pelos en sacacorchos, así como presencia de escamas entre los folículos. Lo habitual es tomar una muestra de las escamas y los cabellos desprendidos para realizar un cultivo de hongos y poder identificar el agente causal.

Alopecia frontal fibrosante: En la tricoscopia se observan signos inflamatorios alrededor de los folículos pilosos, como eritema e hiperqueratosis.

Foliculitis decalvante: Mediante tricoscopia se pueden observar estructuras amarillentas tubulares recubriendo la salida de los tallos.

Celulitis disecante: Las imágenes de la tricoscopia observaremos áreas eritematosas con pérdida de salidas foliculares y puntos amarillos gruesos “en 3D”, rodeados en la periferia por tallos con eritema e hiperqueratosis perifolicular.

Lupus discoide: En la exploración tricoscópica, el dato más característico es la presencia de telangiectasias gruesas, además de tapones córneos, eritema perifolicular y puntos rojos o azul-gris.